martes, 30 de diciembre de 2008

CUANDO LEER ES UN PLACER

“Leer es un placer. Uno de tantos placeres. Como visitar ruinas arqueológicas o dormir la siesta.” Jaime Barilko


Con esta consigna, los bibliotecarios decidimos enfrentar la falta de interés en la lectura, problema detectado en los grupos de alumnos.

Para ello nos propusimos estimular la lectura placentera; a través de la utilización de diferentes estrategias. Por ejemplo: leer durante los diez primeros minutos de clase diferentes tipos de textos: poesías, cuentos, fragmentos de novelas para luego intercambiar impresiones con los alumnos. El criterio de selección fue elegir material de lectura del agrado de los docentes con la participación del bibliotecario, actividad que tenía un doble propósito en la función del bibliotecario: conectar al docente con el olvidado placer de elegir sin restricciones, e interesar en la lectura a los alumnos a través del contacto con variedad de textos y temas.

A partir de allí, creamos y recreamos propuestas mediante las cuales logramos que los alumnos del tercer ciclo lean un promedio de cuatro libros de literatura por año, no como obligación sino por elección. Se comenzó a desarrollar este proyecto con los alumnos de 8vo año y se fue extendiendo hasta incluir a todo el establecimiento. Son los mismos alumnos los que concurren a la biblioteca de la escuela a adquirir sus propios libros.

Al planificar una visita a otra escuela, surgió la iniciativa de realizar actividades recreativas con los niños, leerles narraciones y regalarles libros de cuentos. De este modo se dio nacimiento a un Club de Narradores, cuya participación es de los alumnos del otro establecimiento, junto con su bibliotecaria, aunándose el docente que quiera formar parte de la actividad.


Los integrantes del Club seleccionan los cuentos de acuerdo con las características de los destinatarios, los adaptan si fuera necesario, se ensayan en la lectura expresiva y narración, establecen contactos con las escuelas de la zona y realizan Jornadas, durante las cuales organizan los grupos, narran cuentos y luego intercambian historias y juegos. Nuestros alumnos valoran sus aprendizajes y desean que otros disfruten del placer de escuchar y leer.

La tarea del bibliotecario aquí es doblemente valorada como intercambio de conocimiento entre alumnos, docentes y diferentes escuelas.