...y los conocimientos y habilidades que deben poseer los alumnos sobre los recursos disponibles en una biblioteca ha sido objetivo permanente de las bibliotecas escolares, sin embargo, a pesar de que en el sistema escolar cubano han existido orientaciones específicas para lograr esta meta, podemos afirmar que, de forma general, no se han obtenido los resultados esperados. Debido a ello, se comienzan a aplicar programas que de forma graduada desde la enseñanza primaria permitan desarrollar las destrezas necesarias para buscar la información en los distintos tipos de materiales impresos disponibles y que, al mismo tiempo, coadyuven a la formación de hábitos de lectura y de estudio independiente.
Objetivos:
Contribuir a la formación y desarrollo de las habilidades lectoras y el gusto e interés por la lectura como medio indispensable para el desarrollo de las capacidades intelectuales y el conocimiento científico, tecnológico y artístico.
Desarrollar habilidades y destrezas en el uso de los servicios informativos y los diferentes tipos de documentos para satisfacer las necesidades docentes e intereses individuales.
Ofrecer una visión general de la organización técnica de la biblioteca.
Contribuir al desarrollo de la expresión oral y escrita, el gusto estético y el amor y cuidado de los libros.
sábado, 31 de enero de 2009
jueves, 29 de enero de 2009
FORMACION DE USUARIOS...UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA.
La formación de usuarios es desde hace varios años una tarea central para las bibliotecas. A lo largo de la historia, y vinculado a los diferentes replanteos acerca de la función de las mismas, los enfoques desde los cuales se pensó la formación de usuarios fueron cambiando.
Tradicionalmente, las propuestas de formación de usuarios se centraban en favorecer el aprendizaje de las formas de organización de la información en las bibliotecas y sus códigos: comprender los sistemas de clasificación, conocer los servicios, las normas y la forma de acceder a los materiales.
Los desafíos que el crecimiento acelerado de la producción de información y de las formas de circulación de la misma plantea, nos obligan a repensar la formación de usuarios. Es en este replanteo que el concepto de usuarios de la información toma relevancia.
Es claro que en la actualidad, es difícil manejarse en una biblioteca sin haber desarrollado competencias ligadas a la búsqueda de información, la alfabetización informática (ALFIN), es hoy una condición central para formar usuarios de bibliotecas. Por otra parte, no es posible formar usuarios de la información sin trabajar sobre cuestiones básicas ligadas al uso de una biblioteca. Tal vez como consecuencia de los múltiples atravesamientos de ambos conceptos (usuarios de bibliotecas y usuarios de la información), cuando de formación de usuarios se trata, es común que se utilicen de manera indistinta, cuando en realidad refieren a universos diferentes.
En un interesante trabajo publicado por la revista digital española Pinakes, Felix Benito Morales, presenta claras definiciones sobre el tema, y enfatiza particularmente la necesidad de distinguir entre formar usuarios de bibliotecas y formar usuarios de la información. El autor plantea que confundir ambos conceptos, lleva a perder de vista la complejidad de las cuestiones involucradas en la formación de usuarios de la información, y reducirla al conocimiento de los usos y servicios de una biblioteca.
La alfabetización informacional entendida como la capacidad para reconocer las necesidades de información, y de localizar, evaluar y utilizar la información requerida, implica el desarrollo de un conjunto de competencias que trascienden las necesarias para manejarse en una biblioteca, e interpela no solo a bibliotecarios sino también y fundamentalmente a los docentes.
Si bien la necesidad de formar usuarios de bibliotecas y usuarios de la información es un tema recurrente tanto en el ámbito educativo como en el bibliotecológico, la producción editorial sobre estos temas es relativamente escasa, sobre todo en nuestro país.
Rosa Monfasani y Marcela Curzel, produjeron un interesante trabajo en el que presentan una propuesta de formación de usuarios que considera tanto la necesidad de formar usuarios de bibliotecas como la de formar usuarios de la información. Si bien fue un trabajo pensado para ser aplicado en el ámbito universitario, está presentado de tal forma que permite vislumbrar posibles aplicaciones a otros ámbitos educativos, y estrategias de trabajo conjuntas entre los bibliotecarios y los docentes de diverso tipo de instituciones educativas.
Otro trabajo interesante es el de Ana Rossaroli. La autora desarrolló una investigación en el ámbito de las escuelas primarias del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en el que releva y describe los proyectos de formación de usuarios realizados en el marco de las bibliotecas escolares de esta ciudad. El resultado es un interesante diagnóstico que evidencia la potencialidad de estos espacios y las dificultades con las que tropiezan los que han encarado esta tarea. En este trabajo se pone en evidencia tanto el compromiso de los actores involucrados en el desarrollo de estos proyectos, como la falta de una política pública que respalde los mismos, y brinda líneas claras para pensar el trabajo en las bibliotecas escolares, como una construcción conjunta de toda la comunidad educativa.
En la BNM contamos con interesantes materiales, no solo para profundizar sobre el tema, sino también para contribuir a la construcción de estrategias en las que docentes y bibliotecarios trabajen en forma conjunta.
Bibliografía sobre el tema disponible en la BNM
Monfasani, Rosa; Curzel, Marcela Fabiana. Usuarios de la información : formación y desafíos. Buenos Aires : Alfagrama, 2006
Rossaroli, Ana Ester. Formación de usuarios en bibliotecas escolares de escuelas primarias públicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Buenos Aires : Ana Ester Rossaroli, 2005
Lecciones para usar la Biblioteca CRA . Santiago de Chile : Ministerio de Educación, Bibliotecas Escolares CRA, 2006
Fainholc, Beatriz. Lectura crítica en Internet : análisis y utilización de los recursos tecnológicos en educación. Rosario : Homo Sapiens Ediciones, 2004
Solves, Hebe. El centro de recursos didácticos : hacia una comunidad de lectores. Buenos Aires : Ediciones Novedades Educativas, 2000
Enlaces de interés
http://pinakes.educarex.es/index.php
http://www.abinia.org/
http://bibliotecologia.udea.edu.co/formausuarios/index.htm
Tradicionalmente, las propuestas de formación de usuarios se centraban en favorecer el aprendizaje de las formas de organización de la información en las bibliotecas y sus códigos: comprender los sistemas de clasificación, conocer los servicios, las normas y la forma de acceder a los materiales.
Los desafíos que el crecimiento acelerado de la producción de información y de las formas de circulación de la misma plantea, nos obligan a repensar la formación de usuarios. Es en este replanteo que el concepto de usuarios de la información toma relevancia.
Es claro que en la actualidad, es difícil manejarse en una biblioteca sin haber desarrollado competencias ligadas a la búsqueda de información, la alfabetización informática (ALFIN), es hoy una condición central para formar usuarios de bibliotecas. Por otra parte, no es posible formar usuarios de la información sin trabajar sobre cuestiones básicas ligadas al uso de una biblioteca. Tal vez como consecuencia de los múltiples atravesamientos de ambos conceptos (usuarios de bibliotecas y usuarios de la información), cuando de formación de usuarios se trata, es común que se utilicen de manera indistinta, cuando en realidad refieren a universos diferentes.
En un interesante trabajo publicado por la revista digital española Pinakes, Felix Benito Morales, presenta claras definiciones sobre el tema, y enfatiza particularmente la necesidad de distinguir entre formar usuarios de bibliotecas y formar usuarios de la información. El autor plantea que confundir ambos conceptos, lleva a perder de vista la complejidad de las cuestiones involucradas en la formación de usuarios de la información, y reducirla al conocimiento de los usos y servicios de una biblioteca.
La alfabetización informacional entendida como la capacidad para reconocer las necesidades de información, y de localizar, evaluar y utilizar la información requerida, implica el desarrollo de un conjunto de competencias que trascienden las necesarias para manejarse en una biblioteca, e interpela no solo a bibliotecarios sino también y fundamentalmente a los docentes.
Si bien la necesidad de formar usuarios de bibliotecas y usuarios de la información es un tema recurrente tanto en el ámbito educativo como en el bibliotecológico, la producción editorial sobre estos temas es relativamente escasa, sobre todo en nuestro país.
Rosa Monfasani y Marcela Curzel, produjeron un interesante trabajo en el que presentan una propuesta de formación de usuarios que considera tanto la necesidad de formar usuarios de bibliotecas como la de formar usuarios de la información. Si bien fue un trabajo pensado para ser aplicado en el ámbito universitario, está presentado de tal forma que permite vislumbrar posibles aplicaciones a otros ámbitos educativos, y estrategias de trabajo conjuntas entre los bibliotecarios y los docentes de diverso tipo de instituciones educativas.
Otro trabajo interesante es el de Ana Rossaroli. La autora desarrolló una investigación en el ámbito de las escuelas primarias del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en el que releva y describe los proyectos de formación de usuarios realizados en el marco de las bibliotecas escolares de esta ciudad. El resultado es un interesante diagnóstico que evidencia la potencialidad de estos espacios y las dificultades con las que tropiezan los que han encarado esta tarea. En este trabajo se pone en evidencia tanto el compromiso de los actores involucrados en el desarrollo de estos proyectos, como la falta de una política pública que respalde los mismos, y brinda líneas claras para pensar el trabajo en las bibliotecas escolares, como una construcción conjunta de toda la comunidad educativa.
En la BNM contamos con interesantes materiales, no solo para profundizar sobre el tema, sino también para contribuir a la construcción de estrategias en las que docentes y bibliotecarios trabajen en forma conjunta.
Bibliografía sobre el tema disponible en la BNM
Monfasani, Rosa; Curzel, Marcela Fabiana. Usuarios de la información : formación y desafíos. Buenos Aires : Alfagrama, 2006
Rossaroli, Ana Ester. Formación de usuarios en bibliotecas escolares de escuelas primarias públicas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Buenos Aires : Ana Ester Rossaroli, 2005
Lecciones para usar la Biblioteca CRA . Santiago de Chile : Ministerio de Educación, Bibliotecas Escolares CRA, 2006
Fainholc, Beatriz. Lectura crítica en Internet : análisis y utilización de los recursos tecnológicos en educación. Rosario : Homo Sapiens Ediciones, 2004
Solves, Hebe. El centro de recursos didácticos : hacia una comunidad de lectores. Buenos Aires : Ediciones Novedades Educativas, 2000
Enlaces de interés
http://pinakes.educarex.es/index.php
http://www.abinia.org/
http://bibliotecologia.udea.edu.co/formausuarios/index.htm
lunes, 26 de enero de 2009
ACTIVIDAD DE ANIMACION A LA LECTURA
Diseño de sesiones de la bibliotecaria:
Sesiones de animación a la lectura diseñadas de la siguiente manera:
Se comienza con un recibimiento alegre en la biblioteca y se conduce a los niños hacia la zona en la que se va a desarrollar la actividad. Allí encontrarán a modo de exposición diversos cuentos y libros para diferentes edades que podrán disfrutar mientras se completa el grupo.
Se presenta la bibliotecaria y se conversa con los niños, de forma de encaminar la conversación hacia algo relacionado con la biblioteca. A partir de aquí se enlaza con un cuento, se usa como hilo conductor un objeto que esté relacionado con el cuento.
La bibliotecaria cuenta el cuento, sin hacer interrupciones (para que los niños no pierdan el hilo de la historia). A veces se incluye algún tipo de efecto especial (como la explosión de un globo) para provocar la sorpresa y la risa en los niños.
Una vez terminado el cuento, se presenta la versión escrita, el libro en sí, para que asocien que las fantásticas historias se encuentran en los libros y ellos mismos las pueden descubrir, y si es con la ayuda de papá y mamá, mejor aún.
A continuación, se plantea la posibilidad de hacer un trabajo manual relacionado con el cuento que les hemos contado. Atención: no se plantea como trabajo porque no lo es, será un recuerdo que van a construir ellos para llevarlo al colegio o a casa y así acordarse de la biblioteca.
Este recuerdo se procura que sea de sencilla elaboración, utilizando materiales reciclados. También se trata de que sea adaptable a cualquier edad.
Por último, la bibliotecaria se despide de los niños, que se van entusiasmados con su recuerdo, y con la firme promesa de que nos veremos en la biblioteca próximamente...
Se procura que la sesión no se alargue más de una hora y media en total, ya que más tiempo supone la aparición de la falta de interés por parte del niño y no se trata de que pierdan la ilusión de estar en un sitio nuevo viviendo nuevas experiencias.
Estas sencillas sesiones entusiasman a los niños y los animan a leer con placer durante toda la vida.
Sesiones de animación a la lectura diseñadas de la siguiente manera:
Se comienza con un recibimiento alegre en la biblioteca y se conduce a los niños hacia la zona en la que se va a desarrollar la actividad. Allí encontrarán a modo de exposición diversos cuentos y libros para diferentes edades que podrán disfrutar mientras se completa el grupo.
Se presenta la bibliotecaria y se conversa con los niños, de forma de encaminar la conversación hacia algo relacionado con la biblioteca. A partir de aquí se enlaza con un cuento, se usa como hilo conductor un objeto que esté relacionado con el cuento.
La bibliotecaria cuenta el cuento, sin hacer interrupciones (para que los niños no pierdan el hilo de la historia). A veces se incluye algún tipo de efecto especial (como la explosión de un globo) para provocar la sorpresa y la risa en los niños.
Una vez terminado el cuento, se presenta la versión escrita, el libro en sí, para que asocien que las fantásticas historias se encuentran en los libros y ellos mismos las pueden descubrir, y si es con la ayuda de papá y mamá, mejor aún.
A continuación, se plantea la posibilidad de hacer un trabajo manual relacionado con el cuento que les hemos contado. Atención: no se plantea como trabajo porque no lo es, será un recuerdo que van a construir ellos para llevarlo al colegio o a casa y así acordarse de la biblioteca.
Este recuerdo se procura que sea de sencilla elaboración, utilizando materiales reciclados. También se trata de que sea adaptable a cualquier edad.
Por último, la bibliotecaria se despide de los niños, que se van entusiasmados con su recuerdo, y con la firme promesa de que nos veremos en la biblioteca próximamente...
Se procura que la sesión no se alargue más de una hora y media en total, ya que más tiempo supone la aparición de la falta de interés por parte del niño y no se trata de que pierdan la ilusión de estar en un sitio nuevo viviendo nuevas experiencias.
Estas sencillas sesiones entusiasman a los niños y los animan a leer con placer durante toda la vida.
viernes, 23 de enero de 2009
EL JUEGO EN LA ANIMACION A LA LECTURA
¿POR QUÉ SE LEE?
Los motivos más poderosos por los que leemos aquellos de nosotros que leemos, podemos reducirlos a dos: leemos por interés y/o por gusto.
Tanto uno como otro pueden ser aprovechados para fomentar hábitos lectores. En principio, y en los primeros ciclos, tratamos de que el potencial lector adquiera una cierta destreza en el hecho de leer primero y en el de leer libros después.
Una buena manera de facilitar la tarea del bibliotecario consiste en aprovechar las habilidades e inquietudes propias de las diferentes edades de los alumnos. Siempre leerán más fácilmente textos sobre temas relacionados con sus circunstancias, su entorno o sus aficiones que sobre materias ajenas a sus intereses.
Un buen ejemplo de ello se dio en un colegio con ocasión de los mundiales de fútbol. En este centro lograron, con enorme éxito, captar el interés de los alumnos en áreas como la geografía, las matemáticas o la lectura, trabajando con temas relacionados con el evento, tales como los países participantes -- ubicación, historia, etc--, los resultados de los partidos y la combinatoria de los goles en relación al desarrollo del campeonato, o la lectura de biografías de alguna estrella, cuentos de fútbol, o artículos sobre los mundiales.
EL PLANTEAMIENTO
La idea de la animación a la lectura a través del interés del libro o de la "recompensa" por leer (leer por gusto). Sigue el razonamiento expuesto más abajo:
1. Al principio lo importante es adquirir técnica, leer con destreza... LO QUE SEA.
2. Si hay destreza en el uso de una herramienta, nuestra tendencia a usarla será mayor. Este es un motivo por el cual muchos niños prefieren buscar información en Internet que en la biblioteca. Controlan mucho mejor los comandos de la máquina que el orden y colocación de los volúmenes en los anaqueles.
3. ¿Cómo adquirimos destreza en el uso de una herramienta o en el desarrollo de una habilidad? Mediante la práctica o el entrenamiento.
4. ¿Qué dos tipos de entrenamiento podemos utilizar?
5. A nosotros nos interesa el segundo. Es decir el que se da cuando alguien repite un proceso durante una actividad cuyo fin no es el proceso en sí. Un ejemplo podría ser la habilidad sumatoria conseguida por un empleado de banca a fuerza de cuadrar balances.
Se trata de aportar algunas ideas para conseguir que el niño entrene la lectura de motu propio (o casi).
Se trata de utilizar el sistema de entrenamiento camuflado.
Se trata de centrarse en el juego y en el interés del alumno en determinados temas como medio para lograr que el niño lea.
Se trata de lograr que el alumno acepte primero y desee después leer porque de ello se derivará (y él lo sabe) una actividad especial. Y, demás que gracias a ello el niño se acerque a otros aspectos de la lectura que también son disfrutables y en que aún no había descubierto.
PONGÁMOSELO FÁCIL!
Existen en el mercado un buen número de obras divulgativas, de lenguaje adaptado a las diferentes edades de los pequeños lectores y otros para más mayores.
Desde historia novelada hasta la crónica (novelada también) de sucesos por Watson y Crik, o el descubrimiento del SIDA y los métdos mediante los cuales detectarlo (Más grandes que el Amor, de Dominique Lapierre) para los más mayores podemos encontrar obras que faciliten el acercamiento a un determinado tema de interés de una forma más amena que la del libro de texto. Enterémonos de las cuestiones que les interesan y proporcionémosles lecturas fáciles sobre los mismos.
Por lo mismo reconozcamos su interés, apoyémoslo y premiémoslo. No dejemos pasar la oportunidad de demostrar que la iniciativa por la lectura es algo de lo que sentirse orgulloso.
¡Ah! Y lo más importante, no transformemos el libro en un instrumento de tortura, en un permanente presagio de trabajo extra o actividades serias.
No se trata de obligar al niño a leer, se trata de crear las circunstancias idóneas para que este lea.
No es fácil, pero es el camino de lograr lectores por amor a la lectura, lectores que seguirán leyendo cuando nadie les obligue. Hagamos madurar el deseo de leer y serán los propios niños los que nos pidan libros.
¿POR QUÉ JUGAR PARA LEER?
Algunas razones:
1. Es divertido.
2. Deja buen sabor de boca y ganas de seguir jugando (...Leyendo).
3. Convierte un rato de trabajo en una fiesta.
4. Los niños entienden espontáneamente que para jugar hay que seguir ciertas reglas. Por lo tanto nos ahorramos trabajo a la hora de hacer seguir normas para realizar la actividad.
5. Los niños juegan de forma natural. Casi no hace falta animarlos a que jueguen. Aunque, eso sí, conviene guiar el desarrollo del juego. El bibliotecario más que jugar con ellos ha de tomar el papel de moderador, de árbitro y/o guía de la actividad.
6. Los alumnos ya tienen bastante "trabajo" que llevar a cabo. Podemos aprovechar el que están deseando hacer algo distinto y convertir el hecho de leer en un juego y hacer que del hecho de leer se derive un buen rato. Que esta asociación " lectura = rato agradable" se convierta en algo habitual.
LA ACTIVIDAD, PERO ¿QUÉ TRATO DE CONSEGUIR CON ELLA?
Las actividades de animación a la lectura deben ser participativas y los niños han de realizarlas por gusto. Es por ello que no se debe mandar a posteriori (y de manera obligatoria) fichas sobre la lectura realizada, y el hacerlo de manera sistemática en forma de deberes para casa o trabajo extra. Ello sólo contribuye a reforzar en el alumno una asociación del tipo lectura = trabajo extra que no favorece en nada el desarrollo de la afición de leer.
Hemos de organizar actividades donde los alumnos puedan tomar parte, dejar que los niños intervengan e incluso fomentar esta participación. Que demuestren que se han formado una opinión sobre la historia del libro o los transversales que se tren, ante los demás. Pero también hemos de cuidar que el grupo no se embarulle. En los siguientes apartados planteo algunos trucos para ayudar a este fin.
Los juego que expongo están pensados para promover la actuación de los alumnos. Démosle la oportunidad de ser los protagonistas del evento.
Permitámosle que (cuando se hayan leído un libro) sean la figura principal del acontecimiento de la animación a la lectura (aunque, por supuesto, no lo llamemos así delante de ellos).
En cuanto a cómo plantear las circunstancias de la actividad, lo más efectivo es que ésta se desarrolle en un marco lo más extraordinario posible; algo que sólo suceda cuando se haya leído. Ha de salirse de lo normal y cuánto más excepcional sea (dentro de un orden) mejor. Convirtamos el aula en un lugar mágico por una (o más) horas. Ayudados por la imaginación de los niños hará falta muy poco para conseguirlo. Bajar un poco las persianas y colocarnos un gorro especial o una insignia llamativa y poner un poco de música de fondo obrarán milagros.
Pero de nada servirá que organicemos una buena "función" sino potenciamos antes el interés por la animación sobre todo en las primeras acciones, luego los chicos ya saben que algo bueno sigue a la lectura. Preparamos al alumno para una actividad fuera de lo normal. Piquemos su curiosidad las primeras veces y afirmemos su complicidad en las siguientes. Cuando el sepa que se acerca un rato de " magia" colaborará desinteresadamente.
EMPECEMOS POR CONOCER EL LIBRO
LOS MÁS PEQUEÑOS
Para los niños lo primero es hacerles entender que en los libros hay cosas interesantes y divertidas.
La voz del padre, madre o maestro, atendiendo a este fin, son insustituibles a la hora de crear intimidar entre el niño y el libro. La confianza al acercarse a un objeto nuevo, como es el libro para los primeros lectores, puede potenciarse enormemente de la mano de la lectura de cuentos o de la narración de los mismos (siempre y cuando se haga conocer que el origen de las historias está en los libros).
No es fácil, hay que leer entonando y dando expresión a las frases.
Requiere un esfuerzo pero es un camino espléndido de convertir un objeto de papel impreso en un guía afectuoso en el descubrimiento de la vida.
EL LIBRO OBJETO:
El LIBRO con mayúscula, sus porqués y sus cómos, es algo importante que los niños tienen que conocer para saber con qué están jugando o trabajando.
Algunos de estos porqués y de estos comos son:
¿Por qué es de papel y no de madera o de hierro o electrónico?
¿Por qué es cuadrado y no redondo?
¿Por qué las páginas son blancas y no verdes, la tinta negra y no amarilla, y las hojas de papel y no de cartón?
¿Qué es la portada?
¿De donde salen los libros? ¿Alguien los escribe a mano? ¿Alguna máquina los inventa? ¿Tienen todos las mismas historias?
Estas y otras preguntas pueden resolverse jugando. A mi me gusta aclarar estas cuestiones jugando del juego del Libro por Fuera. Pero no nos adelantemos.
SUGERENCIAS PARA LIBROS ESCRITOS EN VERSO, PARA LOS MÁS PEQUEÑINES:
(aunque también se pueden utilizar en prosa).
Esta es un estilo diferente de la prosa, en el que los niños han leído más.
En el juego el profesor reta a los niños que le pillen cuando cambia palabras en el texto.
El juego se complica según va avanzando.
Al final se lee el libro entero varias veces.
Fases:
1. Leemos a velocidad normal pero en medio de la lectura cambiamos algunas palabras.
Sugerencia: Apunte las palabras previamente en su libro con lápiz y complique, según vaya avanzando, la diferencia fonética con las palabras sustituidas. O bien haga dos anotaciones (una con lápiz azul y otra con negro) siendo un color el de las palabras difíciles y el otro el de las más fáciles y use u otra a voluntad.
2. Cambie la velocidad. Algunos párrafos (previo aviso) léalos a todo pastilla. Así de rápido es más difícil que se noten los cambios de palabras.
3. Lea algún párrafo literalmente sin sustituciones) y luego pregunte donde estaba el cambio.
4. Cambie renglones (también previa explicación del cambio de estrategia). Escoja un párrafo y lea los renglones salteado; primero el que está en tercer lugar, luego el que está de primero, luego el que se encuentra en segunda posición, etc.
Otras sugerencias:
· Representar con gestos cada uno de los poemas.
· El bibliotecario lee cada poema dejando que los niños digan la última palabra de cada verso.
· Los niños hacen el eco de cada verso, repitiendo dos veces la última palabra del mismo.
· Hacer una melodía para cada uno de los poemas.
· Aprender un poema con ayuda de dibujos.
PARA CHICOS UN POCO MÁS MAYORES:
EL JUEGO DE LOS ENGAÑOS:
Es un juego divertido en el que el profesor tiene que intentar engañar a los alumnos cambiando las escenas del libro por otras (cuando más disparatadas mejor) que se le vayan ocurriendo.
Se trata de una apuesta: el bibliotecario afirma ser más listo que la clase y ser capaz de engañarlos al menos una vez, cambiando la acción del libro.
Se comienza en la competición y poco a poco se va cambiando a una dinámica divertida.
Este juego puede dar lugar a cambio de finales o en la historia misma.
Cuando el bibliotecario cambia algo los que se han dado cuenta han de decir todos: ¡¡¡Noooooo!!!., luego levantan la mano y algunos de los que la han levantado dice qué es lo que realmente pasa en el libro.
En este juego sigue vigente la regla de las cuatro cosas que no se pueden hacer.
Una de las posibles variantes es la de hacer dos equipos. Cuando se cambia algo el que primero levante la mano contesta. Si lo hace correctamente se le da un punto al equipo y si no, se produce rebote al equipo contrario.
Para evitar el exceso de protagonismo de algunos alumnos/as está prohibido responder dos veces seguidas y responder sin ser preguntado. En estos casos se penaliza al equipo con dos puntos.
Truco: Para evitar embarullamientos y que todos hablen a la vez haga un barrido de lado a lado de la clase preguntando a todo el que tenga levantada la mano. Advierta que no se vuelve atrás. Si a alguno se le ocurre una intervención cuando ya se la ha pasado deberá guardarla para la siguiente vez.
PARA TODO EL MUNDO
EL JUEGO DEL LIBRO POR FUERA
Lo primero es guardarse las espaldas. Preveamos los incidentes típicos de un juego participativo en el aula.
Para ello es casi indispensable que nos convirtamos ( durante el tiempo que dure el juego) en cómplices del grupo -no de algunos niños ¡ojo!, del GRUPO--.
LAS REGLAS:
· Hay cuatro cosas que no se pueden hacer durante el juego:
1. ¡¡¡¡¡ Yo, yo, yo, yo,....!
2. ¿Yo?, ¿A mí?.
3. Eeeeeeeehhhhhh.....
4. Hablar bajito.
· Las apuntamos en la pizarra (por lo menos las primeras veces).
· Hay que ser rápido, este juego requiere vivacidad para no caer en el aburrimiento.
· Este es un juego de preguntas y respuestas, un juego de ingenio, de adivinanzas, en él nosotros planteamos las preguntas y ellos formulan las respuestas. So no averiguan la solución, les damos pistas.
· No se pueden repetir respuestas. Si alguien lo hace le llamamos la atención con un sonoro ¡¡¡ No vale repetir respuestas!!!. Y si vuelve a repetir, entonces recabamos el apoyo de toda la clase y se lo decimos todos a la vez.
· Las preguntas que los bibliotecarios formulamos a los alumnos (y escribimos en la pizarra) son:
_ ¿Quién es el autor? (por supuesto ellos no pueden tener el libro adelante)
_ ¿Por qué es importante saber quién es el autor de un libro que ni hemos leído? Para comprar más de él si nos ha gustado y no comprar ninguno otro si no nos ha gustado.
_ ¿Qué otras cosas hay en el libro, por fuera, que nos ayuden a saber cual puede ser mejor, si al pedir un libro de un autor conocido nos ofrecen varios distintos? (ahora si pueden tener el libro delante, los más pequeños deben buscarlas el libro por fuera).
Título, resumen, colección, portada o dibujos de fuera, y ediciones.
_ ¿Para qué sirven todas estas cosas?
· Las respuestas y/o las pistas hay que dárselas en forma de cuentos o anécdotas, a fin de que sea el alumno el que descubra los porqués. Lo retendrán mucho mejor si lo descubren ellos que si se lo decimos nosotros.
Otras sugerencias:
- Dependiendo de la edad de los niños, organizar una visita a una imprenta.
- Una exhibición del funcionamiento de un programa de autoedición (si el colegio dispone de ordenadores) puede ser clarificar tremendamente el proceso de fabricación de un libro.
- Se pueden escribir uno o varios cuentos en clase y luego encuadernarlos haciendo varias copias. Los niños se pueden llevar uno cada uno y el colegio quedarse con algunos a su vez en la biblioteca.
- Por supuesto, traer al aula narradores, ilustradores o algún autor de libros ( en este último caso, del libro leído).
Los motivos más poderosos por los que leemos aquellos de nosotros que leemos, podemos reducirlos a dos: leemos por interés y/o por gusto.
Tanto uno como otro pueden ser aprovechados para fomentar hábitos lectores. En principio, y en los primeros ciclos, tratamos de que el potencial lector adquiera una cierta destreza en el hecho de leer primero y en el de leer libros después.
Una buena manera de facilitar la tarea del bibliotecario consiste en aprovechar las habilidades e inquietudes propias de las diferentes edades de los alumnos. Siempre leerán más fácilmente textos sobre temas relacionados con sus circunstancias, su entorno o sus aficiones que sobre materias ajenas a sus intereses.
Un buen ejemplo de ello se dio en un colegio con ocasión de los mundiales de fútbol. En este centro lograron, con enorme éxito, captar el interés de los alumnos en áreas como la geografía, las matemáticas o la lectura, trabajando con temas relacionados con el evento, tales como los países participantes -- ubicación, historia, etc--, los resultados de los partidos y la combinatoria de los goles en relación al desarrollo del campeonato, o la lectura de biografías de alguna estrella, cuentos de fútbol, o artículos sobre los mundiales.
EL PLANTEAMIENTO
La idea de la animación a la lectura a través del interés del libro o de la "recompensa" por leer (leer por gusto). Sigue el razonamiento expuesto más abajo:
1. Al principio lo importante es adquirir técnica, leer con destreza... LO QUE SEA.
2. Si hay destreza en el uso de una herramienta, nuestra tendencia a usarla será mayor. Este es un motivo por el cual muchos niños prefieren buscar información en Internet que en la biblioteca. Controlan mucho mejor los comandos de la máquina que el orden y colocación de los volúmenes en los anaqueles.
3. ¿Cómo adquirimos destreza en el uso de una herramienta o en el desarrollo de una habilidad? Mediante la práctica o el entrenamiento.
4. ¿Qué dos tipos de entrenamiento podemos utilizar?
5. A nosotros nos interesa el segundo. Es decir el que se da cuando alguien repite un proceso durante una actividad cuyo fin no es el proceso en sí. Un ejemplo podría ser la habilidad sumatoria conseguida por un empleado de banca a fuerza de cuadrar balances.
Se trata de aportar algunas ideas para conseguir que el niño entrene la lectura de motu propio (o casi).
Se trata de utilizar el sistema de entrenamiento camuflado.
Se trata de centrarse en el juego y en el interés del alumno en determinados temas como medio para lograr que el niño lea.
Se trata de lograr que el alumno acepte primero y desee después leer porque de ello se derivará (y él lo sabe) una actividad especial. Y, demás que gracias a ello el niño se acerque a otros aspectos de la lectura que también son disfrutables y en que aún no había descubierto.
PONGÁMOSELO FÁCIL!
Existen en el mercado un buen número de obras divulgativas, de lenguaje adaptado a las diferentes edades de los pequeños lectores y otros para más mayores.
Desde historia novelada hasta la crónica (novelada también) de sucesos por Watson y Crik, o el descubrimiento del SIDA y los métdos mediante los cuales detectarlo (Más grandes que el Amor, de Dominique Lapierre) para los más mayores podemos encontrar obras que faciliten el acercamiento a un determinado tema de interés de una forma más amena que la del libro de texto. Enterémonos de las cuestiones que les interesan y proporcionémosles lecturas fáciles sobre los mismos.
Por lo mismo reconozcamos su interés, apoyémoslo y premiémoslo. No dejemos pasar la oportunidad de demostrar que la iniciativa por la lectura es algo de lo que sentirse orgulloso.
¡Ah! Y lo más importante, no transformemos el libro en un instrumento de tortura, en un permanente presagio de trabajo extra o actividades serias.
No se trata de obligar al niño a leer, se trata de crear las circunstancias idóneas para que este lea.
No es fácil, pero es el camino de lograr lectores por amor a la lectura, lectores que seguirán leyendo cuando nadie les obligue. Hagamos madurar el deseo de leer y serán los propios niños los que nos pidan libros.
¿POR QUÉ JUGAR PARA LEER?
Algunas razones:
1. Es divertido.
2. Deja buen sabor de boca y ganas de seguir jugando (...Leyendo).
3. Convierte un rato de trabajo en una fiesta.
4. Los niños entienden espontáneamente que para jugar hay que seguir ciertas reglas. Por lo tanto nos ahorramos trabajo a la hora de hacer seguir normas para realizar la actividad.
5. Los niños juegan de forma natural. Casi no hace falta animarlos a que jueguen. Aunque, eso sí, conviene guiar el desarrollo del juego. El bibliotecario más que jugar con ellos ha de tomar el papel de moderador, de árbitro y/o guía de la actividad.
6. Los alumnos ya tienen bastante "trabajo" que llevar a cabo. Podemos aprovechar el que están deseando hacer algo distinto y convertir el hecho de leer en un juego y hacer que del hecho de leer se derive un buen rato. Que esta asociación " lectura = rato agradable" se convierta en algo habitual.
LA ACTIVIDAD, PERO ¿QUÉ TRATO DE CONSEGUIR CON ELLA?
Las actividades de animación a la lectura deben ser participativas y los niños han de realizarlas por gusto. Es por ello que no se debe mandar a posteriori (y de manera obligatoria) fichas sobre la lectura realizada, y el hacerlo de manera sistemática en forma de deberes para casa o trabajo extra. Ello sólo contribuye a reforzar en el alumno una asociación del tipo lectura = trabajo extra que no favorece en nada el desarrollo de la afición de leer.
Hemos de organizar actividades donde los alumnos puedan tomar parte, dejar que los niños intervengan e incluso fomentar esta participación. Que demuestren que se han formado una opinión sobre la historia del libro o los transversales que se tren, ante los demás. Pero también hemos de cuidar que el grupo no se embarulle. En los siguientes apartados planteo algunos trucos para ayudar a este fin.
Los juego que expongo están pensados para promover la actuación de los alumnos. Démosle la oportunidad de ser los protagonistas del evento.
Permitámosle que (cuando se hayan leído un libro) sean la figura principal del acontecimiento de la animación a la lectura (aunque, por supuesto, no lo llamemos así delante de ellos).
En cuanto a cómo plantear las circunstancias de la actividad, lo más efectivo es que ésta se desarrolle en un marco lo más extraordinario posible; algo que sólo suceda cuando se haya leído. Ha de salirse de lo normal y cuánto más excepcional sea (dentro de un orden) mejor. Convirtamos el aula en un lugar mágico por una (o más) horas. Ayudados por la imaginación de los niños hará falta muy poco para conseguirlo. Bajar un poco las persianas y colocarnos un gorro especial o una insignia llamativa y poner un poco de música de fondo obrarán milagros.
Pero de nada servirá que organicemos una buena "función" sino potenciamos antes el interés por la animación sobre todo en las primeras acciones, luego los chicos ya saben que algo bueno sigue a la lectura. Preparamos al alumno para una actividad fuera de lo normal. Piquemos su curiosidad las primeras veces y afirmemos su complicidad en las siguientes. Cuando el sepa que se acerca un rato de " magia" colaborará desinteresadamente.
EMPECEMOS POR CONOCER EL LIBRO
LOS MÁS PEQUEÑOS
Para los niños lo primero es hacerles entender que en los libros hay cosas interesantes y divertidas.
La voz del padre, madre o maestro, atendiendo a este fin, son insustituibles a la hora de crear intimidar entre el niño y el libro. La confianza al acercarse a un objeto nuevo, como es el libro para los primeros lectores, puede potenciarse enormemente de la mano de la lectura de cuentos o de la narración de los mismos (siempre y cuando se haga conocer que el origen de las historias está en los libros).
No es fácil, hay que leer entonando y dando expresión a las frases.
Requiere un esfuerzo pero es un camino espléndido de convertir un objeto de papel impreso en un guía afectuoso en el descubrimiento de la vida.
EL LIBRO OBJETO:
El LIBRO con mayúscula, sus porqués y sus cómos, es algo importante que los niños tienen que conocer para saber con qué están jugando o trabajando.
Algunos de estos porqués y de estos comos son:
¿Por qué es de papel y no de madera o de hierro o electrónico?
¿Por qué es cuadrado y no redondo?
¿Por qué las páginas son blancas y no verdes, la tinta negra y no amarilla, y las hojas de papel y no de cartón?
¿Qué es la portada?
¿De donde salen los libros? ¿Alguien los escribe a mano? ¿Alguna máquina los inventa? ¿Tienen todos las mismas historias?
Estas y otras preguntas pueden resolverse jugando. A mi me gusta aclarar estas cuestiones jugando del juego del Libro por Fuera. Pero no nos adelantemos.
SUGERENCIAS PARA LIBROS ESCRITOS EN VERSO, PARA LOS MÁS PEQUEÑINES:
(aunque también se pueden utilizar en prosa).
Esta es un estilo diferente de la prosa, en el que los niños han leído más.
En el juego el profesor reta a los niños que le pillen cuando cambia palabras en el texto.
El juego se complica según va avanzando.
Al final se lee el libro entero varias veces.
Fases:
1. Leemos a velocidad normal pero en medio de la lectura cambiamos algunas palabras.
Sugerencia: Apunte las palabras previamente en su libro con lápiz y complique, según vaya avanzando, la diferencia fonética con las palabras sustituidas. O bien haga dos anotaciones (una con lápiz azul y otra con negro) siendo un color el de las palabras difíciles y el otro el de las más fáciles y use u otra a voluntad.
2. Cambie la velocidad. Algunos párrafos (previo aviso) léalos a todo pastilla. Así de rápido es más difícil que se noten los cambios de palabras.
3. Lea algún párrafo literalmente sin sustituciones) y luego pregunte donde estaba el cambio.
4. Cambie renglones (también previa explicación del cambio de estrategia). Escoja un párrafo y lea los renglones salteado; primero el que está en tercer lugar, luego el que está de primero, luego el que se encuentra en segunda posición, etc.
Otras sugerencias:
· Representar con gestos cada uno de los poemas.
· El bibliotecario lee cada poema dejando que los niños digan la última palabra de cada verso.
· Los niños hacen el eco de cada verso, repitiendo dos veces la última palabra del mismo.
· Hacer una melodía para cada uno de los poemas.
· Aprender un poema con ayuda de dibujos.
PARA CHICOS UN POCO MÁS MAYORES:
EL JUEGO DE LOS ENGAÑOS:
Es un juego divertido en el que el profesor tiene que intentar engañar a los alumnos cambiando las escenas del libro por otras (cuando más disparatadas mejor) que se le vayan ocurriendo.
Se trata de una apuesta: el bibliotecario afirma ser más listo que la clase y ser capaz de engañarlos al menos una vez, cambiando la acción del libro.
Se comienza en la competición y poco a poco se va cambiando a una dinámica divertida.
Este juego puede dar lugar a cambio de finales o en la historia misma.
Cuando el bibliotecario cambia algo los que se han dado cuenta han de decir todos: ¡¡¡Noooooo!!!., luego levantan la mano y algunos de los que la han levantado dice qué es lo que realmente pasa en el libro.
En este juego sigue vigente la regla de las cuatro cosas que no se pueden hacer.
Una de las posibles variantes es la de hacer dos equipos. Cuando se cambia algo el que primero levante la mano contesta. Si lo hace correctamente se le da un punto al equipo y si no, se produce rebote al equipo contrario.
Para evitar el exceso de protagonismo de algunos alumnos/as está prohibido responder dos veces seguidas y responder sin ser preguntado. En estos casos se penaliza al equipo con dos puntos.
Truco: Para evitar embarullamientos y que todos hablen a la vez haga un barrido de lado a lado de la clase preguntando a todo el que tenga levantada la mano. Advierta que no se vuelve atrás. Si a alguno se le ocurre una intervención cuando ya se la ha pasado deberá guardarla para la siguiente vez.
PARA TODO EL MUNDO
EL JUEGO DEL LIBRO POR FUERA
Lo primero es guardarse las espaldas. Preveamos los incidentes típicos de un juego participativo en el aula.
Para ello es casi indispensable que nos convirtamos ( durante el tiempo que dure el juego) en cómplices del grupo -no de algunos niños ¡ojo!, del GRUPO--.
LAS REGLAS:
· Hay cuatro cosas que no se pueden hacer durante el juego:
1. ¡¡¡¡¡ Yo, yo, yo, yo,....!
2. ¿Yo?, ¿A mí?.
3. Eeeeeeeehhhhhh.....
4. Hablar bajito.
· Las apuntamos en la pizarra (por lo menos las primeras veces).
· Hay que ser rápido, este juego requiere vivacidad para no caer en el aburrimiento.
· Este es un juego de preguntas y respuestas, un juego de ingenio, de adivinanzas, en él nosotros planteamos las preguntas y ellos formulan las respuestas. So no averiguan la solución, les damos pistas.
· No se pueden repetir respuestas. Si alguien lo hace le llamamos la atención con un sonoro ¡¡¡ No vale repetir respuestas!!!. Y si vuelve a repetir, entonces recabamos el apoyo de toda la clase y se lo decimos todos a la vez.
· Las preguntas que los bibliotecarios formulamos a los alumnos (y escribimos en la pizarra) son:
_ ¿Quién es el autor? (por supuesto ellos no pueden tener el libro adelante)
_ ¿Por qué es importante saber quién es el autor de un libro que ni hemos leído? Para comprar más de él si nos ha gustado y no comprar ninguno otro si no nos ha gustado.
_ ¿Qué otras cosas hay en el libro, por fuera, que nos ayuden a saber cual puede ser mejor, si al pedir un libro de un autor conocido nos ofrecen varios distintos? (ahora si pueden tener el libro delante, los más pequeños deben buscarlas el libro por fuera).
Título, resumen, colección, portada o dibujos de fuera, y ediciones.
_ ¿Para qué sirven todas estas cosas?
· Las respuestas y/o las pistas hay que dárselas en forma de cuentos o anécdotas, a fin de que sea el alumno el que descubra los porqués. Lo retendrán mucho mejor si lo descubren ellos que si se lo decimos nosotros.
Otras sugerencias:
- Dependiendo de la edad de los niños, organizar una visita a una imprenta.
- Una exhibición del funcionamiento de un programa de autoedición (si el colegio dispone de ordenadores) puede ser clarificar tremendamente el proceso de fabricación de un libro.
- Se pueden escribir uno o varios cuentos en clase y luego encuadernarlos haciendo varias copias. Los niños se pueden llevar uno cada uno y el colegio quedarse con algunos a su vez en la biblioteca.
- Por supuesto, traer al aula narradores, ilustradores o algún autor de libros ( en este último caso, del libro leído).
martes, 20 de enero de 2009
BIBLIOTECA ESCOLAR COMO CENTRO DE RECURSOS PARA EL APRENDIAJE
Se orienta y apoya a las comunidades educativas que apuestan por la necesidad de potenciar la biblioteca escolar como centro de Recursos que debe centralizar, gestionar y dinamizar todos los documentos del centro en cualquier soporte y lenguaje. De esta manera, se facilita no sólo el acercamiento a la lectura, sino también el apoyo del aprendizaje activo de todas las áreas y niveles. Para ello, se hace necesario integrar la biblioteca escolar en la práctica docente, transformándola en un espacio generador de actividades que, de forma coordinada, a través de un Proyecto de Desarrollo Lector, afiancen y desarrollen las capacidades lectoras y escritoras y las habilidades de autoaprendizaje del alumnado.
OBJETIVOS
Propiciar el concepto de la biblioteca escolar como centro de Recursos y documentación de apoyo al currículo, centro de promoción y enriquecimiento cultural y centro dinamizador del fomento de la lectura.
Potenciar los instrumentos que faciliten la mejora de los hábitos lectores entre la población infantil y juvenil de la Comunidad Autónoma de Canarias.
Conocer la realidad social y colaborar en el diseño de medidas de fomento que faciliten la consolidación de hábitos de lectura entre la población escolar, así como lograr los niveles de lectura de calidad que exige la incorporación a la sociedad de la información y la comunicación.
Realizar el proyecto de una “Red Canaria de Bibliotecas Escolares” que mejore el funcionamiento de las mismas y que impulse la innovación a través de las Bibliotecas.
Elaborar el proyecto de un Plan Canario de Lectura.
Abrirse a la incorporación de nuevas iniciativas y a la colaboración con otras instituciones públicas y privadas y con los medios de comunicación con la finalidad de fomentar el hábito lector.
Promover la publicación de materiales específicos.
Asesorar a los centros inmersos en procesos de mejora, Centros de Atención Preferente, centros del Plan Sur, así como a las diversas agrupaciones del profesorado: Grupos de Trabajo, Proyectos de Innovación e Investigación Educativa y Proyectos de Formación.
Organizar acciones formativas en el ámbito de las bibliotecas escolares y de la animación a la lectura.
Poner a disposición del profesorado una serie de publicaciones, Recursos y material divulgativo.
Propiciar la participación de profesorado y alumnado en diferentes experiencias, proyectos y actividades de creación literaria a través de la convocatoria anual del “Concurso de Fomento de la Lectura y Dinamización de Bibliotecas Escolares”.
Actuar como centro difusor de información relativa a convocatorias, subvenciones, convenios, etc.
JUSTIFICACIÓN
La necesidad de fomentar el hábito lector y las destrezas lectora y escritora del alumnado, junto con el desarrollo de destrezas básicas de búsqueda de información y el uso de las fuentes de información con sentido crítico para adquirir nuevos conocimientos, pasa por convertir la biblioteca escolar en un dinámico centro de Recursos. La biblioteca escolar se entiende, pues, como el espacio idóneo para poner en practica una enseñanza basada en el uso de multitud de Recursos y fuentes, que sirven de apoyo al proceso de aprendizaje de todas las áreas y fomentan el autoaprendizaje y la formación permanente.
OBJETIVOS
Propiciar el concepto de la biblioteca escolar como centro de Recursos y documentación de apoyo al currículo, centro de promoción y enriquecimiento cultural y centro dinamizador del fomento de la lectura.
Potenciar los instrumentos que faciliten la mejora de los hábitos lectores entre la población infantil y juvenil de la Comunidad Autónoma de Canarias.
Conocer la realidad social y colaborar en el diseño de medidas de fomento que faciliten la consolidación de hábitos de lectura entre la población escolar, así como lograr los niveles de lectura de calidad que exige la incorporación a la sociedad de la información y la comunicación.
Realizar el proyecto de una “Red Canaria de Bibliotecas Escolares” que mejore el funcionamiento de las mismas y que impulse la innovación a través de las Bibliotecas.
Elaborar el proyecto de un Plan Canario de Lectura.
Abrirse a la incorporación de nuevas iniciativas y a la colaboración con otras instituciones públicas y privadas y con los medios de comunicación con la finalidad de fomentar el hábito lector.
Promover la publicación de materiales específicos.
Asesorar a los centros inmersos en procesos de mejora, Centros de Atención Preferente, centros del Plan Sur, así como a las diversas agrupaciones del profesorado: Grupos de Trabajo, Proyectos de Innovación e Investigación Educativa y Proyectos de Formación.
Organizar acciones formativas en el ámbito de las bibliotecas escolares y de la animación a la lectura.
Poner a disposición del profesorado una serie de publicaciones, Recursos y material divulgativo.
Propiciar la participación de profesorado y alumnado en diferentes experiencias, proyectos y actividades de creación literaria a través de la convocatoria anual del “Concurso de Fomento de la Lectura y Dinamización de Bibliotecas Escolares”.
Actuar como centro difusor de información relativa a convocatorias, subvenciones, convenios, etc.
JUSTIFICACIÓN
La necesidad de fomentar el hábito lector y las destrezas lectora y escritora del alumnado, junto con el desarrollo de destrezas básicas de búsqueda de información y el uso de las fuentes de información con sentido crítico para adquirir nuevos conocimientos, pasa por convertir la biblioteca escolar en un dinámico centro de Recursos. La biblioteca escolar se entiende, pues, como el espacio idóneo para poner en practica una enseñanza basada en el uso de multitud de Recursos y fuentes, que sirven de apoyo al proceso de aprendizaje de todas las áreas y fomentan el autoaprendizaje y la formación permanente.
viernes, 16 de enero de 2009
EL ROL DE LOS PADRES EN LA FORMACIÓN DE UN NIÑO LECTOR
Muchas veces los padres solicitan de nosotros, los docentes o bibliotecarios, consejos para incentivar en sus hijos el gusto por la lectura y otras, simplemente, se resignan a decir que a los niños no les interesa leer.
Es innegable que en esta época de video-juegos e internet resulta bastante difícil suponer que los alumnos, en especial siendo adolescentes, se refugien en los libros para buscar fuentes de entretenimiento o placer.
El hábito de la lectura, como todo hábito, no se adquiere por arte de magia, sino que es el resultado de una serie de factores que interactúan en la creación de un ambiente propicio para la formación del niño lector. Y estos factores o condiciones determinantes, que enumeraré a continuación, deben nacer del seno familiar.
a) La presencia de libros en los hogares, como así también su valoración y uso cotidiano contribuye a establecer en el niño vínculos intrínsecos con el hábito de leer. Es natural que el pequeño empiece por imitar a sus padres, aunque tome el texto al revés, cuando estos están leyendo.
Los adultos, que dedican poco tiempo a la lectura, se encuentran en desventaja a la hora de exigir a sus hijos que se aboquen a ella.
Por lo tanto el primer paso para los padres es concientizarse sobre el valor del hábito de leer y, una vez logrado, tratar de servir de modelo a sus propios hijos.
b) Aunque resulte difícil debido al ritmo vertiginoso en que actualmente se vive, es imprescindible que los papás dediquen parte de su tiempo a compartir los momentos de lectura con sus niños. En la infancia es necesario leerles con la mayor expresividad y elocuencia posible para que el pequeño , al escuchar, desarrolle su imaginación; más adelante cuando el niño ya se ha convertido en un lector independiente bastará con participar o intervenir en comentarios que permitan corroborar si ha comprendido lo leído.
Hay que tener siempre presente que la lectura, además de un hábito, es una actividad intelectual que se manifiesta claramente al interpretar el texto y reconstruir su significado.
c) Es conveniente, además, destinar en la casa un espacio apropiado para los libros. Este puede variar desde una valiosa biblioteca a una simple repisa. Lo importante es que los pequeños adviertan que estos huéspedes ilustres tienen su propio sitio en el hogar.
d) Seleccionar los libros de acuerdo con el gusto y la maduración del niño es otro de los requisitos a tener en cuenta.
En la etapa preescolar son aconsejables los libros con coloridas y elocuentes ilustraciones, con textos rimados, de los que se desprenda cierta musicalidad y con frases reiteradas que estimulen la memoria del pequeño y le permitan incorporar nuevo vocabulario.
Posteriormente, y en la medida en que el educando va creciendo, son apropiados los cuentos maravillosos poblados de hadas, duendes que despiertan en ellos su capacidad de asombro y su imaginación.
Más adelante, entre los siete y once años, cuando el niño ya se desempeña como lector independiente, resultan apropiados los textos narrados, en los que abunda la fantasía mezclada con elementos moralizantes y de humor como las fábulas, mitos, leyendas.
En la pubertad son recomendables las novelas de aventura, en las que el protagonista es un niño o un animal. También se sienten identificados con aquellas obras que reflejan su propia realidad.
A partir de la adolescencia, además de los cuentos fantásticos y de ciencia-ficción, otros géneros despiertan el interés de los jóvenes. Artículos, revistas, fascículos referidos a distintos temas se convierten en el centro de sus lecturas.
Cabe destacar que en la selección de las obras debe siempre prevalecer el gusto de los niños. La lectura tiene que resultar una actividad formativa y placentera; jamás, en el ámbito hogareño, debe ser tomada como un hecho obligado o impuesto como castigo.
e) Deseo dirigir esta última reflexión a todos los papás amigos de internet. Tengan siempre presente que la base del aprendizaje es la lectura. Hay que procurar que internet no cambie el hábito de los niños ni tampoco el de los adultos.
Son indiscutibles las ventajas que este medio puede ofrecer; pero también deben advertir que la información que se puede bajar por un ordenador, sólo es provechosa si se la interpreta correctamente. Un buen lector podrá lograrlo fácilmente.
Por otra parte, es conveniente que los papás controlen la información a la que puedan acceder sus hijos, ya que no todo lo que se encuentra en la red está destinado a ellos.
Finalmente, y a modo de corolario, quiero expresar, en mi condición de bibliotecaria escolar, que conectar las escuelas a internet tendría prioridad en nuestra Educación únicamente si es usado por profesionales capacitados para poder guiar al estudiante hacia un correcto uso de la información, así como también equipar las instituciones educativas de buenas bibliotecas, provistas de ejemplares suficientes como para satisfacer las necesidades de todos los educandos y obteniendo la conexión a internet para que los mismos aprendan a hacer uso de ello para intercambio y a la vez valoración del conocimiento para enriquecer su cultura y no como un mero entretenimiento vanal como ellos están acostumbrados a usarlo.
Es innegable que en esta época de video-juegos e internet resulta bastante difícil suponer que los alumnos, en especial siendo adolescentes, se refugien en los libros para buscar fuentes de entretenimiento o placer.
El hábito de la lectura, como todo hábito, no se adquiere por arte de magia, sino que es el resultado de una serie de factores que interactúan en la creación de un ambiente propicio para la formación del niño lector. Y estos factores o condiciones determinantes, que enumeraré a continuación, deben nacer del seno familiar.
a) La presencia de libros en los hogares, como así también su valoración y uso cotidiano contribuye a establecer en el niño vínculos intrínsecos con el hábito de leer. Es natural que el pequeño empiece por imitar a sus padres, aunque tome el texto al revés, cuando estos están leyendo.
Los adultos, que dedican poco tiempo a la lectura, se encuentran en desventaja a la hora de exigir a sus hijos que se aboquen a ella.
Por lo tanto el primer paso para los padres es concientizarse sobre el valor del hábito de leer y, una vez logrado, tratar de servir de modelo a sus propios hijos.
b) Aunque resulte difícil debido al ritmo vertiginoso en que actualmente se vive, es imprescindible que los papás dediquen parte de su tiempo a compartir los momentos de lectura con sus niños. En la infancia es necesario leerles con la mayor expresividad y elocuencia posible para que el pequeño , al escuchar, desarrolle su imaginación; más adelante cuando el niño ya se ha convertido en un lector independiente bastará con participar o intervenir en comentarios que permitan corroborar si ha comprendido lo leído.
Hay que tener siempre presente que la lectura, además de un hábito, es una actividad intelectual que se manifiesta claramente al interpretar el texto y reconstruir su significado.
c) Es conveniente, además, destinar en la casa un espacio apropiado para los libros. Este puede variar desde una valiosa biblioteca a una simple repisa. Lo importante es que los pequeños adviertan que estos huéspedes ilustres tienen su propio sitio en el hogar.
d) Seleccionar los libros de acuerdo con el gusto y la maduración del niño es otro de los requisitos a tener en cuenta.
En la etapa preescolar son aconsejables los libros con coloridas y elocuentes ilustraciones, con textos rimados, de los que se desprenda cierta musicalidad y con frases reiteradas que estimulen la memoria del pequeño y le permitan incorporar nuevo vocabulario.
Posteriormente, y en la medida en que el educando va creciendo, son apropiados los cuentos maravillosos poblados de hadas, duendes que despiertan en ellos su capacidad de asombro y su imaginación.
Más adelante, entre los siete y once años, cuando el niño ya se desempeña como lector independiente, resultan apropiados los textos narrados, en los que abunda la fantasía mezclada con elementos moralizantes y de humor como las fábulas, mitos, leyendas.
En la pubertad son recomendables las novelas de aventura, en las que el protagonista es un niño o un animal. También se sienten identificados con aquellas obras que reflejan su propia realidad.
A partir de la adolescencia, además de los cuentos fantásticos y de ciencia-ficción, otros géneros despiertan el interés de los jóvenes. Artículos, revistas, fascículos referidos a distintos temas se convierten en el centro de sus lecturas.
Cabe destacar que en la selección de las obras debe siempre prevalecer el gusto de los niños. La lectura tiene que resultar una actividad formativa y placentera; jamás, en el ámbito hogareño, debe ser tomada como un hecho obligado o impuesto como castigo.
e) Deseo dirigir esta última reflexión a todos los papás amigos de internet. Tengan siempre presente que la base del aprendizaje es la lectura. Hay que procurar que internet no cambie el hábito de los niños ni tampoco el de los adultos.
Son indiscutibles las ventajas que este medio puede ofrecer; pero también deben advertir que la información que se puede bajar por un ordenador, sólo es provechosa si se la interpreta correctamente. Un buen lector podrá lograrlo fácilmente.
Por otra parte, es conveniente que los papás controlen la información a la que puedan acceder sus hijos, ya que no todo lo que se encuentra en la red está destinado a ellos.
Finalmente, y a modo de corolario, quiero expresar, en mi condición de bibliotecaria escolar, que conectar las escuelas a internet tendría prioridad en nuestra Educación únicamente si es usado por profesionales capacitados para poder guiar al estudiante hacia un correcto uso de la información, así como también equipar las instituciones educativas de buenas bibliotecas, provistas de ejemplares suficientes como para satisfacer las necesidades de todos los educandos y obteniendo la conexión a internet para que los mismos aprendan a hacer uso de ello para intercambio y a la vez valoración del conocimiento para enriquecer su cultura y no como un mero entretenimiento vanal como ellos están acostumbrados a usarlo.
domingo, 11 de enero de 2009
CONSEJOS DE UNA BIBLIOTECARIA PARA ENSEÑAR A LEER POR PLACER
LEJOS DE LA ESCUELA, ES ÚTIL RESPETAR LOS GUSTOS DE LOS CHICOS,LEERLES EN VOZ ALTA Y USAR HISTORIETAS, EL CINE E INTERNET COMO ESTÍMULOS.
Leer en la playa, un hábito de adultos que los chicos pueden aprender
Los padres que fueron criados con las historias de Julio Verne y María Elena Walsh no entienden cómo sus hijos pueden preferir una pantalla a un libro a la hora de divertirse. Muchos chicos hoy perciben los libros como material escolar y el rol de los padres es construir la idea de una lectura placentera.
Leerles en voz alta desde la niñez, ayudar a los hijos a encontrar libros adaptados a sus intereses y no presionarlos a leer lo que no les gusta son algunos de los consejos dados por los especialistas bibliotecarios. Durante las vacaciones, los chicos no tienen contacto con los libros escolares y es el período ideal para ayudarlos a desarrollar sus hábitos de lectura.
Inés Dussel, investigadora del área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), explica que en los tiempos de Internet no es difícil convencer a un chico de que lea si se le ofrece algo interesante. "Uno lee todo el tiempo cuando circula por Internet; hay un desplazamiento desde el libro, como objeto físico que vinculaba a la lectura, hacia otras modalidades de lectura", explicó.
A la hora de buscar informaciones y diversión, muchas veces los chicos prefieren respuestas más rápidas, como la televisión, la PlayStation o Internet. El escritor Pablo De Santis habla del "carácter de urgencia y de las respuestas inmediatas" de esos medios en comparación con los libros "pacientes y que siempre pueden esperar".
Los padres pueden instituir la lectura como parte de la rutina de sus hijos desde que son pequeños. "Leer en voz alta todas las noches a sus niños es una de las acciones más importantes que un padre pueda realizar para ayudarlos a que se conviertan en lectores", aconseja Patricia Mejalelaty, directora de la Fundación Leer, una ONG que promueve el rol de la lectura y del acceso a los libros. Tener un momento dedicado a la lectura, por ejemplo antes de dormir, es un hábito que los chicos reproducen como lectores autónomos.
Otra época, otras lecturas
Cuando un padre regala libros a sus hijos, tiene que buscar material adecuado a los intereses y hobbies de los niños. Además, es necesario respetar sus preferencias, aunque no sean las mismas que las del padre.
"Que vayan a una librería o a una biblioteca junto con sus hijos y que les dejen recorrer las estanterías, que les den tiempo para elegir. ¡Que aceptan estas elecciones y que las respeten!", dijo Mejalelaty.
Muchos padres tratan de imponer a los hijos las lecturas que les gustaron en la infancia sin darse cuenta de las diferencias de intereses. "Entre padres e hijos se levanta ese muro de Berlín: la época", dijo de Santis.
Para desarrollar la autonomía del chico lector, es, además, importante dedicarles un lugar para sus libros, que tenga una biblioteca suya elaborada con sus gustos. El chico, al elegir un libro, se identificará siempre más con una edición adaptada a sus gustos, y los editores, conscientes de eso, publican nuevamente los clásicos. La editorial Andrés Bello reeditó La vuelta al mundo en 80 días y El mago de Oz, adaptados a los chicos.
El escritor Mempo Giardinelli habla de la "inolvidabilidad" de los libros que nos acompañan toda la vida, por lo que estimulan cuando se es niño. Sin embargo, cree que no hay que presionar a los niños a la lectura. "Que nadie diga: ´Hay que leer´", explicó el escritor.
"Cuanto menos insistentes nos pongamos en el asunto de obligarlos a la lectura, los chicos elegirán sus recorridos con más libertad", dijo Gustavo Bombini, ex coordinador del Plan de Lectura del Ministerio de Educación, al observar el fenómeno de millones de niños convertidos en lectores gracias a Harry Potter.
Saskia Rothschild
Claves
Aprovechar las vacaciones. Es un momento en el que la lectura se separa de la imagen escolar que tiene durante el año.
Buscar libros vinculados con los intereses de los chicos. Llevarlos a la librería y dejarlos elegir solos lo que les gusta. Nunca obligarlos a leer o a terminar un libro si no quieren.
Tener un lugar para los libros. Crear en la casa un espacio para que el chico tenga su biblioteca propia, según sus gustos.
Pensar que los tiempos cambian. Los libros que gustaron a los padres no son necesariamente los les que van a gustar a sus hijos.
Compartir la lectura. Desde pequeños, leerles antes de dormir en voz alta.
Tener aliados. Más que los consejos de los padres, las sugerencias de gente de edad cercana a la de los chicos (como hermanos mayores o primos) pueden ser persuasivas.
Leer en la playa, un hábito de adultos que los chicos pueden aprender
Los padres que fueron criados con las historias de Julio Verne y María Elena Walsh no entienden cómo sus hijos pueden preferir una pantalla a un libro a la hora de divertirse. Muchos chicos hoy perciben los libros como material escolar y el rol de los padres es construir la idea de una lectura placentera.
Leerles en voz alta desde la niñez, ayudar a los hijos a encontrar libros adaptados a sus intereses y no presionarlos a leer lo que no les gusta son algunos de los consejos dados por los especialistas bibliotecarios. Durante las vacaciones, los chicos no tienen contacto con los libros escolares y es el período ideal para ayudarlos a desarrollar sus hábitos de lectura.
Inés Dussel, investigadora del área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), explica que en los tiempos de Internet no es difícil convencer a un chico de que lea si se le ofrece algo interesante. "Uno lee todo el tiempo cuando circula por Internet; hay un desplazamiento desde el libro, como objeto físico que vinculaba a la lectura, hacia otras modalidades de lectura", explicó.
A la hora de buscar informaciones y diversión, muchas veces los chicos prefieren respuestas más rápidas, como la televisión, la PlayStation o Internet. El escritor Pablo De Santis habla del "carácter de urgencia y de las respuestas inmediatas" de esos medios en comparación con los libros "pacientes y que siempre pueden esperar".
Los padres pueden instituir la lectura como parte de la rutina de sus hijos desde que son pequeños. "Leer en voz alta todas las noches a sus niños es una de las acciones más importantes que un padre pueda realizar para ayudarlos a que se conviertan en lectores", aconseja Patricia Mejalelaty, directora de la Fundación Leer, una ONG que promueve el rol de la lectura y del acceso a los libros. Tener un momento dedicado a la lectura, por ejemplo antes de dormir, es un hábito que los chicos reproducen como lectores autónomos.
Otra época, otras lecturas
Cuando un padre regala libros a sus hijos, tiene que buscar material adecuado a los intereses y hobbies de los niños. Además, es necesario respetar sus preferencias, aunque no sean las mismas que las del padre.
"Que vayan a una librería o a una biblioteca junto con sus hijos y que les dejen recorrer las estanterías, que les den tiempo para elegir. ¡Que aceptan estas elecciones y que las respeten!", dijo Mejalelaty.
Muchos padres tratan de imponer a los hijos las lecturas que les gustaron en la infancia sin darse cuenta de las diferencias de intereses. "Entre padres e hijos se levanta ese muro de Berlín: la época", dijo de Santis.
Para desarrollar la autonomía del chico lector, es, además, importante dedicarles un lugar para sus libros, que tenga una biblioteca suya elaborada con sus gustos. El chico, al elegir un libro, se identificará siempre más con una edición adaptada a sus gustos, y los editores, conscientes de eso, publican nuevamente los clásicos. La editorial Andrés Bello reeditó La vuelta al mundo en 80 días y El mago de Oz, adaptados a los chicos.
El escritor Mempo Giardinelli habla de la "inolvidabilidad" de los libros que nos acompañan toda la vida, por lo que estimulan cuando se es niño. Sin embargo, cree que no hay que presionar a los niños a la lectura. "Que nadie diga: ´Hay que leer´", explicó el escritor.
"Cuanto menos insistentes nos pongamos en el asunto de obligarlos a la lectura, los chicos elegirán sus recorridos con más libertad", dijo Gustavo Bombini, ex coordinador del Plan de Lectura del Ministerio de Educación, al observar el fenómeno de millones de niños convertidos en lectores gracias a Harry Potter.
Saskia Rothschild
Claves
Aprovechar las vacaciones. Es un momento en el que la lectura se separa de la imagen escolar que tiene durante el año.
Buscar libros vinculados con los intereses de los chicos. Llevarlos a la librería y dejarlos elegir solos lo que les gusta. Nunca obligarlos a leer o a terminar un libro si no quieren.
Tener un lugar para los libros. Crear en la casa un espacio para que el chico tenga su biblioteca propia, según sus gustos.
Pensar que los tiempos cambian. Los libros que gustaron a los padres no son necesariamente los les que van a gustar a sus hijos.
Compartir la lectura. Desde pequeños, leerles antes de dormir en voz alta.
Tener aliados. Más que los consejos de los padres, las sugerencias de gente de edad cercana a la de los chicos (como hermanos mayores o primos) pueden ser persuasivas.
jueves, 8 de enero de 2009
LEER POR PLACER: LEER PARA SIEMPRE
Con la lectura pasa algo parecido a lo que nos ocurre con el amor, con los amigos entrañables y a lo que también sentimos con algunos objetos, lugares y recuerdos que nos acompañan a lo largo de toda la vida.
Esos que van cambiando con nosotros, que se van transformando y adquiriendo nuevos significados, pero que permanecen.
Porque la lectura estuvo siempre. Cuando eramos muy pequeños a través de las canciones de cuna, una de las primeras formas de comunicación, con la palabra.
Un poco después llegaron las rimas, los cuentos para ir a dormir, las adivinanzas, los trabalenguas, las rondas. Pero siempre las palabras, las palabras mediadoras entre las emociones y la necesidad de acompañamiento, de comunicación, de transmitir "esas cosas" que van mas allá de las palabras.
En un momento posterior al de esa primera infancia, la lectura comenzó a transformarse en algo diferente y las palabras, también. En algo frío y formal que los adultos solían calificar como correctas o no, como claras o confusas, como verdaderas o falsas y las consideraron también como buenas o malas palabras.
¿Qué fue lo que pasó entre ellas y nosotros, en aquel momento? ¿Qué, para que cuándo comenzábamos a adueñarnos de ellas en la escuela, cuando empezabaámos a aprender a leer y a escribir, para que justo cuando creíamos que iban a ser nuestras para siempre, todo ese universo cambiara tanto? ¿Tanto, que casi las perdemos?
Porque tan distintas comenzaron a sonar que parecían de otro idioma, no del nuestro, no de aquel idioma que nos acunó y con el que nos comunicábamos tan bien y tanto, con el que reíamos y llorábamos porque las palabras nos conmocionaban y nos ayudaban a sentir el mundo, no solo a conocerlo, a vivirlo también
Y, por supuesto, algo muy parecido nos ocurrió con los libros, como es lógico. Con aquellos primeros libros que guardaban historias que queríamos escuchar una y mil veces sin cansarnos de oírlas y de leerlas adivinando los misterios que escondían las letras, las imágenes, la modulación de la voz de la abuela, la mirada, los gestos, los silencios ... Todo aquello era una ceremonia de emociones y de intensa comunicación; un encuentro con el placer, un placer sensitivo, humano, transformador que nos dibujaba sonrisas o gestos de miedo, tristeza, intriga, amor, enojo, impaciencia, desilusión ...
Así llegó un momento· en que los libros se transformaron en objetos aburridos, forrados de azul, con etiqueta, con muy pocas o feas ilustraciones, con palabras muy elegantes pero que nos hablaban de cosas que no nos interesaban, que no tenían nada que ver con to do aquel mundo de antes ... Libros que no se podían leer en el piso, ni prestar, ni dibujar, ni sentir como propios. Pero eso sí, había que leerlos igual. Teníamos el deber de leerlos. La obligación de leerlos, para aprender, para saber, para entrar al mundo de los grandes, de los que todo lo saben.
Pero la fuerza de la imaginación, la fantasía y el deseo de sonar despiertos y de emocionarnos a solas nos hizo encontrar una estrategia, un camino transgresor y a veces prohibido por los adultos: el de las lecturas a la hora de la siesta; esas lectura robadas, escondidas, secretas ... Comenzaba a abrirse esa brecha, cada vez mas grande, entre las lecturas escolares y las otras, las nuestras ...
De algún modo pudimos recuperar la lectura como comunicación con nosotros mismos, en la intimidad de las lecturas elegidas o recomendadas pero no obligatorias, sino por placer ...
Todos los que pasamos por esas variantes, por esas formas diferentes de vincularnos con los libros, los que pudimos recordar algún maestro que nos permitió leer sin culpa lo que nos gustaba, supimos después encontrar la manera de sugerir, ayudar, acompañar a nuestros hijos o alumnos a relacionarse con los libros.
Fuimos entendiendo que había muchas formas de leer y razones para leer, aunque quizás no todos se atrevieron a desobedecer el terrible mandato social de la lectura valiosa, edificante, imprescindible. La de aquellos auto res que gustaban a los gobiernos de turno, sobreentendiendo la prohibición de leer a otros malvados, locos, peligrosos auto res que podían pervertirnos o llevarnos por mal camino con su nefasta influencia. Pero lo que también pudimos intuir detrás de estas prohibiciones fue la fuerza y el poder de la lectura, de los libros, de algunos libros, de muchos libros, y leímos, leímos y leemos.
Y como nuestra relación con la lectura fue sufrida, peleada, vivida y nos acompañó fielmente en tan distintos momentos de nuestra historia y nos ayudó y nos orientó y nos llevó a compartir personajes, autores, ideas, proyectos y amigos y ausencias y recuerdos y deseos ... quizás sea por eso que queremos que otros pasen por lo mismo, o por algo parecido a "eso" que nos marco definitivamente como generación.
Es desde ese lugar que entiendo que debemos promocionar la lectura. No como un mandato vacío, no como un habito útil, no como un deber escolar. Sí como un placer, sí como un encuentro con uno mismo, sí como una forma de ejercer la libertad personal, la posibilidad de crecer internamente, de alimentar el poder de la imaginación.
Creo que es a partir de esta reflexión sobre nuestra propia historia como lectores que podemos buscar y encontrar como transmitir la pasión por la lectura. Las técnicas, los modos, los métodos, los programas, los proyectos de promoción deben surgir de aquí, del deseo de que otros lean para ser un poco mas felices, para estar menos solos, para poder trascender las fronteras terribles del tiempo y del espacio. Para aprehender al ser humano a través de la literatura y encontrar todo aquello que nos vincula, que nos permite viajar a otros países, a otros mundos y vivir otras vidas en la nuestra, de lectores.
No creo, finalmente, que haya una formula mágica para promover la lectura. Creo que hay tantas como nuestro verdadero deseo de hacer lectores. Lectores por placer. Lectores de literatura. Lectores creativos.
Hoy mas que nunca, ante este nuevo mandato socio-cultural del estrés y el exitismo, del consumo desenfrenado y el zapping que busca la anulación del espacio para pensar en uno mismo, la lectura placentera adquiere un valor terapéutico para el ser humano al promover un espacio de conexión interna.
De aquello mismo que dijera tan bien Wolfgang Iser al definir la lectura: "es como si al leer no avanzaramos sobre el libro sino sobre nosotros mismos".
Esos que van cambiando con nosotros, que se van transformando y adquiriendo nuevos significados, pero que permanecen.
Porque la lectura estuvo siempre. Cuando eramos muy pequeños a través de las canciones de cuna, una de las primeras formas de comunicación, con la palabra.
Un poco después llegaron las rimas, los cuentos para ir a dormir, las adivinanzas, los trabalenguas, las rondas. Pero siempre las palabras, las palabras mediadoras entre las emociones y la necesidad de acompañamiento, de comunicación, de transmitir "esas cosas" que van mas allá de las palabras.
En un momento posterior al de esa primera infancia, la lectura comenzó a transformarse en algo diferente y las palabras, también. En algo frío y formal que los adultos solían calificar como correctas o no, como claras o confusas, como verdaderas o falsas y las consideraron también como buenas o malas palabras.
¿Qué fue lo que pasó entre ellas y nosotros, en aquel momento? ¿Qué, para que cuándo comenzábamos a adueñarnos de ellas en la escuela, cuando empezabaámos a aprender a leer y a escribir, para que justo cuando creíamos que iban a ser nuestras para siempre, todo ese universo cambiara tanto? ¿Tanto, que casi las perdemos?
Porque tan distintas comenzaron a sonar que parecían de otro idioma, no del nuestro, no de aquel idioma que nos acunó y con el que nos comunicábamos tan bien y tanto, con el que reíamos y llorábamos porque las palabras nos conmocionaban y nos ayudaban a sentir el mundo, no solo a conocerlo, a vivirlo también
Y, por supuesto, algo muy parecido nos ocurrió con los libros, como es lógico. Con aquellos primeros libros que guardaban historias que queríamos escuchar una y mil veces sin cansarnos de oírlas y de leerlas adivinando los misterios que escondían las letras, las imágenes, la modulación de la voz de la abuela, la mirada, los gestos, los silencios ... Todo aquello era una ceremonia de emociones y de intensa comunicación; un encuentro con el placer, un placer sensitivo, humano, transformador que nos dibujaba sonrisas o gestos de miedo, tristeza, intriga, amor, enojo, impaciencia, desilusión ...
Así llegó un momento· en que los libros se transformaron en objetos aburridos, forrados de azul, con etiqueta, con muy pocas o feas ilustraciones, con palabras muy elegantes pero que nos hablaban de cosas que no nos interesaban, que no tenían nada que ver con to do aquel mundo de antes ... Libros que no se podían leer en el piso, ni prestar, ni dibujar, ni sentir como propios. Pero eso sí, había que leerlos igual. Teníamos el deber de leerlos. La obligación de leerlos, para aprender, para saber, para entrar al mundo de los grandes, de los que todo lo saben.
Pero la fuerza de la imaginación, la fantasía y el deseo de sonar despiertos y de emocionarnos a solas nos hizo encontrar una estrategia, un camino transgresor y a veces prohibido por los adultos: el de las lecturas a la hora de la siesta; esas lectura robadas, escondidas, secretas ... Comenzaba a abrirse esa brecha, cada vez mas grande, entre las lecturas escolares y las otras, las nuestras ...
De algún modo pudimos recuperar la lectura como comunicación con nosotros mismos, en la intimidad de las lecturas elegidas o recomendadas pero no obligatorias, sino por placer ...
Todos los que pasamos por esas variantes, por esas formas diferentes de vincularnos con los libros, los que pudimos recordar algún maestro que nos permitió leer sin culpa lo que nos gustaba, supimos después encontrar la manera de sugerir, ayudar, acompañar a nuestros hijos o alumnos a relacionarse con los libros.
Fuimos entendiendo que había muchas formas de leer y razones para leer, aunque quizás no todos se atrevieron a desobedecer el terrible mandato social de la lectura valiosa, edificante, imprescindible. La de aquellos auto res que gustaban a los gobiernos de turno, sobreentendiendo la prohibición de leer a otros malvados, locos, peligrosos auto res que podían pervertirnos o llevarnos por mal camino con su nefasta influencia. Pero lo que también pudimos intuir detrás de estas prohibiciones fue la fuerza y el poder de la lectura, de los libros, de algunos libros, de muchos libros, y leímos, leímos y leemos.
Y como nuestra relación con la lectura fue sufrida, peleada, vivida y nos acompañó fielmente en tan distintos momentos de nuestra historia y nos ayudó y nos orientó y nos llevó a compartir personajes, autores, ideas, proyectos y amigos y ausencias y recuerdos y deseos ... quizás sea por eso que queremos que otros pasen por lo mismo, o por algo parecido a "eso" que nos marco definitivamente como generación.
Es desde ese lugar que entiendo que debemos promocionar la lectura. No como un mandato vacío, no como un habito útil, no como un deber escolar. Sí como un placer, sí como un encuentro con uno mismo, sí como una forma de ejercer la libertad personal, la posibilidad de crecer internamente, de alimentar el poder de la imaginación.
Creo que es a partir de esta reflexión sobre nuestra propia historia como lectores que podemos buscar y encontrar como transmitir la pasión por la lectura. Las técnicas, los modos, los métodos, los programas, los proyectos de promoción deben surgir de aquí, del deseo de que otros lean para ser un poco mas felices, para estar menos solos, para poder trascender las fronteras terribles del tiempo y del espacio. Para aprehender al ser humano a través de la literatura y encontrar todo aquello que nos vincula, que nos permite viajar a otros países, a otros mundos y vivir otras vidas en la nuestra, de lectores.
No creo, finalmente, que haya una formula mágica para promover la lectura. Creo que hay tantas como nuestro verdadero deseo de hacer lectores. Lectores por placer. Lectores de literatura. Lectores creativos.
Hoy mas que nunca, ante este nuevo mandato socio-cultural del estrés y el exitismo, del consumo desenfrenado y el zapping que busca la anulación del espacio para pensar en uno mismo, la lectura placentera adquiere un valor terapéutico para el ser humano al promover un espacio de conexión interna.
De aquello mismo que dijera tan bien Wolfgang Iser al definir la lectura: "es como si al leer no avanzaramos sobre el libro sino sobre nosotros mismos".
viernes, 2 de enero de 2009
RECURSOS EDUCATIVOS PARA INCENTIVAR LA LECTURA
Un acontecimiento digno de interés es el nacimiento de las bibliotecas virtuales. Con esta sugerente denominación, se suelen designar las experiencias y proyectos que producen, organizan y difunden en la red las transcripciones electrónicas de textos que ha producido nuestra cultura. Muchos de estos proyectos honran a los primeros impresores: Gutenberg, Manuzio...
La introducción del texto electrónico determina una significativa transformación de las prácticas de tratamiento y difusión de textos. La transposición en formato digital de vastos fondos de información y las ventajas ofrecidas por la multimedialidad y la hipertextualidad parecen confirmar el pasaje desde una cultura basada en el carácter físico de los soportes hacia otra determinada por formas desmaterializadas, electrónicas, virtuales de los mismos; también la modalidad de distribución de la información se ve condicionada por la digitalización del soporte. En efecto, su difusión, desvinculada del carácter físico de los soportes convencionales, alcanza una dimensión planetaria, gracias a los sistemas digitales y a las redes telemáticas.
La dimensión virtual que interesa explorar en el ámbito educativo está ligada a la presencia cada vez más amplia de los nuevos soportes de la información. El currículo de Lengua y Literatura Española para el Bachillerato y la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) requiere el manejo de recursos informáticos básicos para aplicarlos a la búsqueda y elaboración de la información, así como a la presentación de información y el procesamiento de textos. Por otra parte, el currículo de Tecnología propone el aprendizaje de aplicaciones basadas en las tecnologías de la información para el tratamiento de textos.
Bibliotecas virtuales:
• Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
URL: http://cervantesvirtual.com
• Biblioteca Valenciana Digital
URL: http://bv2.gva.es/default.php
En valenciano
• Biblioteca Virtual Galega. Universidad de A Coruña
URL: http://www.bvg.udc.es/index.jsp
En gallego
• Biblioteca Virtual Extremeña
URL: http://www.unex.es/interzona/extremadura/
• Biblioteca Virtual Joan Lluís Vives
URL: http://lluisvives.cervantesvirtual.com/
En catalán
• Proyecto Gutenberg de Alemania
URL: http://gutenberg.aol.de
En alemán
• Bibliothèque Èlectronique de Lisieux
URL: www.bmlisieux.com
En francés
• Project Gutenberg
URL: www.gutenberg.org
En inglés
• Oxford Text Archive
URL: ota.ahds.ac.uk
En inglés
• Athena, textes français
URL: un2sg4.unige.ch/athena/html/francaut.html
En francés
• ABU, la Bibliothèque Universelle
URL: abu.cnam.fr
En francés
• Progetto Manuzio
URL: www.liberliber.it/biblioteca/index.htm
En italiano
• Projecto Versial
URL: www.ipn.pt/literatura/index.html
En portugués
• Bibliotheca Augustana
URL: www.fh-augsburg.de/~harsch/augusta.html
En latín
• The Perseus Digital Library
URL: www.perseus.tufts.edu
En griego
La introducción del texto electrónico determina una significativa transformación de las prácticas de tratamiento y difusión de textos. La transposición en formato digital de vastos fondos de información y las ventajas ofrecidas por la multimedialidad y la hipertextualidad parecen confirmar el pasaje desde una cultura basada en el carácter físico de los soportes hacia otra determinada por formas desmaterializadas, electrónicas, virtuales de los mismos; también la modalidad de distribución de la información se ve condicionada por la digitalización del soporte. En efecto, su difusión, desvinculada del carácter físico de los soportes convencionales, alcanza una dimensión planetaria, gracias a los sistemas digitales y a las redes telemáticas.
La dimensión virtual que interesa explorar en el ámbito educativo está ligada a la presencia cada vez más amplia de los nuevos soportes de la información. El currículo de Lengua y Literatura Española para el Bachillerato y la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) requiere el manejo de recursos informáticos básicos para aplicarlos a la búsqueda y elaboración de la información, así como a la presentación de información y el procesamiento de textos. Por otra parte, el currículo de Tecnología propone el aprendizaje de aplicaciones basadas en las tecnologías de la información para el tratamiento de textos.
Bibliotecas virtuales:
• Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
URL: http://cervantesvirtual.com
• Biblioteca Valenciana Digital
URL: http://bv2.gva.es/default.php
En valenciano
• Biblioteca Virtual Galega. Universidad de A Coruña
URL: http://www.bvg.udc.es/index.jsp
En gallego
• Biblioteca Virtual Extremeña
URL: http://www.unex.es/interzona/extremadura/
• Biblioteca Virtual Joan Lluís Vives
URL: http://lluisvives.cervantesvirtual.com/
En catalán
• Proyecto Gutenberg de Alemania
URL: http://gutenberg.aol.de
En alemán
• Bibliothèque Èlectronique de Lisieux
URL: www.bmlisieux.com
En francés
• Project Gutenberg
URL: www.gutenberg.org
En inglés
• Oxford Text Archive
URL: ota.ahds.ac.uk
En inglés
• Athena, textes français
URL: un2sg4.unige.ch/athena/html/francaut.html
En francés
• ABU, la Bibliothèque Universelle
URL: abu.cnam.fr
En francés
• Progetto Manuzio
URL: www.liberliber.it/biblioteca/index.htm
En italiano
• Projecto Versial
URL: www.ipn.pt/literatura/index.html
En portugués
• Bibliotheca Augustana
URL: www.fh-augsburg.de/~harsch/augusta.html
En latín
• The Perseus Digital Library
URL: www.perseus.tufts.edu
En griego
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