viernes, 1 de enero de 2016
PRIMER PARCIAL DE LA MATERIA ADOLESCENCIA, EDUCACIÓN Y CULTURA DEL PROFESORADO EN BIBLIOTECOLOGIA DE UNMDP
19 DE OCTUBRE DE 2015
UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CÁTEDRA: ADOLESCENCIA, EDUCACIÓN Y CULTURA
PRIMER PARCIAL
PROFESORA: PATRICIA WEISSMANN
ALUMNA: MARÍA MARTA SARRO BARBARINO
LA TAREA DOCENTE CON ALUMNOS ADOLESCENTES
INTRODUCCIÓN
Como primera medida y dado que se debe entablar una relación entre el docente y sus alumnos adolescentes, se debe tener muy en cuenta las principales características que predominan en este momento crucial de la vida del ser humano.
En esta etapa se construye la subjetividad alrededor de los otros, es un momento clave ya que es la etapa intermedia entre la niñez y la adultez. Es el momento del armado del siquismo humano y el del inicio del desarrollo hormonal. Para que se construya esa subjetividad es necesaria la presencia de los otros por lo tanto su buena relación con el docente debe mejorar día a día en base a una construcción de aprendizajes constante y permanente. En este punto se pueden tener en cuenta los conceptos de Piaget (2013) cuando postula que el adolescente en esta etapa comienza a pensar en su futuro, con actividades actuales con vistas al futuro, con la ambición de poder insertarse en la sociedad de los adultos. En este punto, la intervención del docente es de vital importancia para el desarrollo del aprendizaje porque cuando el estudiante interactúa con el docente y con ello incorpora conocimientos, le permite a este tipo de estudiante, reflexionar sobre lo que lo rodea y relacionarlo con sus propios pensamientos para comprender lo que se le enseña. Los aportes de Vigotsky (2013) también se consideran importantes en el proceso de aprendizaje que se desarrolla junto con el proceso evolutivo, donde es interesante la intervención del docente porque con la interacción social el adolescente construye el conocimiento y la cooperación del docente en este proceso facilita el aprendizaje, ya que en esta etapa predomina el pensamiento hipotético deductivo.
Con Piaget y Vigotsky (2013), por lo tanto, se produce el “giro constructivista en educación” como una forma de construcción cognitiva de los sujetos. Las teorías de ambos autores son modelos genéticos del desarrollo cognitivo y realizaron interesantes investigaciones cuyo eje principal es la explicación de la construcción de la inteligencia. En base a esto se puede inferir que el docente, en este sentido, se oriente a que el alumno construya, modifique, enriquezca y diversifique sus esquemas de conocimiento e incremente su capacidad de comprensión y actuación autónoma para lograr el proceso de aprendizaje.
La motivación para el adolescente es también de vital importancia para su desarrollo cognitivo. Teniendo en cuenta al autor Ken Bain (2012) los buenos docentes procuran que el aprendizaje sea profundo ayudando a los estudiantes adolescentes a aprender, según Aristóteles, a hacer antes de poder en verdad realizarlo. Se aprende justamente, haciéndolo y con interesantes e innovadoras preguntas los ubican en su asignatura. Además, al respecto y como infiere el autor Joan Ferrés i Prats (2008), existe una manera para que los docentes sean eficaces en la transmisión de los conocimientos, es transformando los viejos contenidos en nuevos, y esto se logra conectándolos con los deseos de los receptores, despertando el entusiasmo de éstos (alumnos adolescentes) en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por último, la violencia en la escuela es un punto importante para tener en cuenta desde el punto de vista docente ya que para crear un espacio en una clase con adolescentes con estas características, el docente (según la autora Elvira Martorell (2006) debe abrir una brecha para introducir contenidos y que se produzca el aprendizaje. Esto se logra interpelando al alumno, llamando a su responsabilidad, tratando de despertar interés por parte del alumno adolescente hacia la asignatura. Luego, la doctora en educación Inés Dussel (2006), puntualiza cómo la desigualdad generacional produce un desfasaje en el aprendizaje y se desencadena la violencia que se soluciona con reglamentos satisfactorios que expresen: “…cómo se da y se toma la palabra en la escuela y cómo se puede plantear que los chicos se vayan sumando progresivamente a la construcción de lo común…”
Expuestos estos conceptos en base a los autores antedichos, se puede analizar a continuación cómo el éxito en el proceso enseñanza-aprendizaje en la tarea docente con alumnos adolescentes es posible.
DESARROLLO
Recapacitando con respecto a la subjetividad que se construye en la adolescencia y especialmente que se construye alrededor de los otros, el rol del docente como el “otro” es de vital importancia en el aprendizaje del adolescente para la construcción de su identidad. Por ello, también se puede puntualizar que en el adolescente en este proceso se produce un duelo: pierde su mundo infantil, se diferencia de sus padres y se cuestiona. Entra en un sufrimiento inconsciente y lo expresa con manifestaciones impulsivas y a su vez quiere reprimirlos. Se producen conflictos constantes entre lo pulsional y lo que esperan de él, como persona en permanente lucha contra estos sentimientos. Con estas características del adolescente, sumado a lo que Piaget (2013) denomina “mesianismo” que significa el deseo del adolescente de transformar el mundo y hacer grandes cosas, con la convicción de que su visión es la única verdadera, se obtiene una perspectiva de la estructura de la personalidad que se encuentra en este tipo de alumno. También se pueden tomar los conceptos de Vigotsky (2013), con respecto al aporte del autor en las ciencias de la educación y lo que denominó “zona de desarrollo próximo” que significa la capacidad de resolver problemas interactuando y cooperando con otro. De aquí se puede deducir que el docente puede captar todas estas características acercándose (interactuar) y generando interés en su asignatura para facilitar el aprendizaje de sus alumnos adolescentes. El docente capta así ese deseo de transformar el mundo, y lo utiliza y lo transforma en deseo de aprender. Para ello, el docente debe utilizar estrategias que le ayuden a tomar la atención del adolescente relacionando los conceptos de su asignatura con la realidad adolescente, con su vida cotidiana y lo que pasa en su interior. Todo ello para que su estudiante internalice y haga propios los conceptos que el docente quiere enseñarle. Interactuando con su alumno, el docente logra la comunicación necesaria para que aquel asimile los aportes de la asignatura para enriquecer y avanzar en base a sus conocimientos previos y, por ende, obtener nuevos conocimientos.
Retomando a Vigotsky y ya en el marco constructivista, el aprendizaje mediante el intercambio social y la construcción de conocimientos nuevos tomando como base los conocimientos previos, es lo que el docente debería proponer en sus clases para facilitar el aprendizaje con adolescentes. Según los autores Ausubel y Novak la secuencia del aprendizaje es cíclica para integrar en forma progresiva y relacionando conceptos por su distinta naturaleza. Por ello, la actividad constructiva en los alumnos adolescentes puede ser factible movilizando y actualizando conocimientos anteriores para relacionarlos con los nuevos y comprenderlos. El éxito de la enseñanza puede lograrse si el docente emplea esta forma de transmitir el conocimiento.
Por lo tanto, según Kein Bain (2012) los buenos profesores cuestionan los esquemas que ya están incorporados en el alumno, acomodan lo nuevo a estos conceptos anteriores y luego introducen preguntas para que reflexionen y los ayude a pensar y se produzca el aprendizaje con este procedimiento.
Luego, para Joan Ferrés i Prats (2008), como la emoción promueve la actividad creativa, se motiva la acción, se impulsa y ello hace que el estudiante se movilice, el docente puede sacar de su estudiante lo que guarda en su interior de manera profunda y lo puede desarrollar, hacerlo crecer y activar su maquinaria de deseo. Educación como industria del deseo. Lo que significa contagiar al alumno el entusiasmo para que convierta en objeto de deseo aquello que se considera el objeto de conocimiento.
Por último, se puede generalizar con respecto a la violencia en la escuela tomando a los autores Dussel y Martorell (2006). Ambas autoras coinciden en que deben existir reglamentos para combatir la violencia con acuerdos o reglamentos con alternativas compartidas entre docentes y alumnos. Autoridad y límites negociables. Especialmente la autora Elvira Martorell destaca que la interpelación es importante para llamar al otro para que el otro opine, o sea, ese otro es el alumno. Al alumno adolescente se le debe dar la palabra y la responsabilidad sobre sus propios actos porque la ley se sostiene de esto. Se debe producir un pacto con el docente mediante la comunicación, donde el alumno sepa que es escuchado y también sepa que debe escuchar para aprender
CONCLUSIÓN
Como se puede observar en el desarrollo de este ensayo, la conclusión resultante: un desafío que vale la pena enfrentar para los docentes frente a sus alumnos adolescentes. El proceso enseñanza-aprendizaje como lo plantean los autores citados durante el desarrollo del ensayo, teniendo en cuenta las pautas que debe seguir un buen profesor frente a las características particulares de los adolescentes: utilizar métodos constructivistas, de interacción, cooperación entre el mismo docente y también entre el adolescente y sus pares. También promover el aprendizaje profundo y ayudando a sus estudiantes a aprender con preguntas que les atraigan y puedan relacionar con los principios generales de la disciplina. Contagiar entusiasmo y emoción en la transmisión del conocimiento y que el estudiante convierta en objeto de deseo aquello que el docente le transmita como objeto del conocimiento. Todo ello producido en un espacio cordial y sin violencia donde él también pueda existir como docente y así abrirse la posibilidad de que exista un alumno, mediante reglamentos que tengan que ver con órdenes pedagógicos y que piensen en cómo se da y se toma la palabra en la escuela.
BIBLIOGRAFIA
• BAIN, K (2009); “¿Qué es la buena enseñanza”? en Revista de Educación, Universidad del Distrito de Columbia, Estados Unidos.
• CANALE, M. I. (2013); “cómo enseñamos” en Cátedra Adolescencia, Educación y Cultura, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata.
• DUSSEL I. (2006); ”La escuela y la construcción de un orden democrático” en FLACSO. Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas.
• FERRÉS I PRATS, J (2008); “La educación como industria del deseo, un nuevo estilo comunicativo” Editorial Gedisa, Barcelona (España).
• MARTORELL E, E (2006); “De la violencia a la subjetividad” Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
• WEISSMANN P. (2013); “cómo aprendemos” en Cátedra Adolescencia, Educación y Cultura, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata.
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